Hace una semana, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, la CEOE, es decir, la patronal, rechazó mediante una encuesta interna a sus asociados la posibilidad de financiarse exclusivamente con la cuota de sus socios, eliminando las aportaciones públicas. Pues sí, como lo oyen. La mayor parte de los socios de la CEOE cree que las aportaciones públicas son un “derecho”. Sí, tal y como leen. Compruébenlo en este enlace de El Mundo.
Es decir, la patronal también recibe cientos de millones de euros procedentes de las arcas del Estado, algo que no se dice jamás en los medios de comunicación, que día tras día se encargan de criminalizar a los sindicatos porque reciben el mismo tipo de subvención pública. Vaya, parece que el número de “chupópteros” está en ambos bandos. Pero, ¿cuánto dinero se lleva la patronal de nuestros bolsillos?
El acta de constitución de la CEOE, entregado el 29 de junio de 1977, ya iba firmado por 27 patronales. Tres décadas después de recibir miles de millones de subvención pública para formación, las raíces de esta asociación empresarial se han bifurcado tanto que ni siquiera ellos saben a cuántas organizaciones dan cobijo. La CEOE agrupa, según su página web, a 230 organizaciones empresariales y a más de 5.000 organizaciones de base que aglutinan a 1.450.000 empresarios y autónomos.
Como era obvio, sus presupuestos no salen publicados en su web. Solo se menciona que existe una comisión de control presupuestario y financiero que se encarga de informar acerca de las cuentas de la confederación. En su Anuario, solo especifica lo siguiente: “En un porcentaje abrumador, con excepción hecha de la administración de los fondos de formación, la financiación de la CEOE proviene de cuotas empresariales”. ¿Para qué más explicaciones?
Las únicas cuentas que han salido a la luz de la CEOE, las puso a disposición de los ciudadanos el diario Público en 2010. Según esos datos, la patronal, incluidas sus confederaciones territoriales y sectoriales, mueve al año más de 587 millones de euros, un presupuesto escalofriante si tenemos en cuenta, por ejemplo, que el presupuesto de 2012 para el Senado y el Congreso de los Diputados asciende a 140 millones de euros.
Pues bien, atención, de esos 587 millones de euros, según los presupuestos de 2010, aproximadamente el 68%, es decir, unos 400 millones, procedía directamente de subvenciones públicas, tanto del Estado como de las comunidades autónomas. En 2011, solo se hizo público, según El Confidencial, que desde el Ministerio de Trabajo, CEOE y CEPYME se habían repartido unos 22 millones de euros para formación.
Pero todavía hay más, pues según esta información, la patronal disponía ese año de 35.000 trabajadores que se dedicaban exclusivamente a defender sus intereses a jornada completa a través de la estructura de la CEOE. Es decir, una especie de liberados patronales.
Sindicatos
Toxo (CC.OO.), Méndez (UGT) y Rosell (CEOE) |
Comparativamente, los trabajadores cuentan con una defensa más pequeña, pues la representación sindical es mucho menor: 10.000 liberados sindicales luchan por sus derechos en las empresas de este país, es decir, una tercera parte de los “liberados patronales” con los que cuenta la CEOE.
Aun así, cabe recordar que algunos sindicatos minoritarios como CNT se mantienen a la “alemana”, es decir, solo con el dinero que les llega a través de las cuotas de sus afiliados. Es cierto que todavía está lejos del millón y pico de afiliados que congrega cada sindicato mayoritario, pero aun así su poder de convocatoria, como el del resto de sindicatos minoritarios, es cada vez más fuerte.
Más dinero para empresas
Todavía hay más. Además de las subvenciones y ayudas directas que recibe la patronal, no nos podemos olvidar de los cientos de millones que reciben de forma indirecta mediante deducciones fiscales. Y, una vez más, se percibe como de estas deducciones se benefician principalmente las grandes multinacionales. Según datos del Ministerio de Hacienda, publicados hace apenas una semana, los grandes conglomerados empresariales de este país, que tributan como una sola compañía, representan el 0,2% de declarantes del impuesto de sociedades y acaparan, sin embargo, el 60% de las deducciones fiscales. En 2010, último año del que hay datos, la cuota íntegra en el impuesto sobre sociedades de los 3.000 grupos consolidados que tributan en España ascendió a 12.146 millones, una cifra que, tras aplicar las deducciones que contempla la legislación, se redujo a 6.100 millones.
El impuesto de sociedades es, sobre el papel, un impuesto progresivo en el que las pymes tributan al 25% y las grandes empresas al 30%. Sin embargo, la multitud de deducciones y la capacidad de ingeniería fiscal de las grandes compañías provoca que, en realidad, una pyme aplique un gravamen mayor que una multinacional. Por ejemplo, una empresa con unos ingresos que no superan los 50.000 euros tributa a un tipo efectivo del 22,9%, mientras que un grupo consolidado -con ingresos superiores a los 1.000 millones- aplica un gravamen del 15%. De hecho, una multinacional paga como un asalariado medio en el IRPF.
Pero además de las deducciones que se llevan las empresas gracias al Impuesto de Sociedades, hay que añadir los que ahora disfrutarán gracias a la Reforma Laboral. El artículo 4 de esta reforma dice que el empresario que aplique un contrato de trabajo indefinido (el del despido gratuito antes de un año) a un menor de 30 años, recibirá una deducción fiscal de 3.000 euros. Si adicionalmente se trata de la contratación de beneficiarios de la prestación por desempleo, se concede a la empresa contratante una deducción fiscal consistente en el 50 por 100 del importe de la prestación por desempleo que el trabajador tuviese pendiente de recibir en el momento de la contratación. Sin olvidar tampoco la vergonzosa e ilegal Amnistía Fiscal por la cual hasta el próximo mes de noviembre, todos aquellos empresarios que hayan estafado a Hacienda podrán blanquear todo su dinero a cambio de un 10% de la cantidad estafada.
Con todo, ni sindicatos ni patronal facilitan las cifras agregadas del dinero que manejan, lo que convierte a estas organizaciones en un auténtico agujero negro para las arcas del Estado. Por eso es muy injusto obviar que la patronal, tanto CEOE como CEPYME, se llevan ingentes cantidades de dinero público, incluso más que los propios sindicatos si añadimos las múltiples deducciones fiscales de las que se benefician actualmente.
Y todo esto, sin tener en cuenta los más de 140.000 millones de euros que el Estado español ha inyectado a los bancos de nuestro país. Una cantidad mareante que de poco ha servido, pues según anunciaron esta semana, pronto van a necesitar más. Sobre todo, Bankia-Caja Madrid, una entidad que ya ha recibido 4.500 millones de euros de dinero público. Algo que no evitó que su presidente, Rodrigo Rato, se embolsara 2,3 millones de euros el pasado año.
Pero, ¿por qué no salen estas cifras en ningún medio de comunicación? Muy sencillo. Los presidentes de los grandes emporios de la comunicación en nuestro país son socios importantes de la patronal. Con ello, se pretende poner a toda la ciudadanía en contra de unos sindicatos que, guste más o menos, son las únicas organizaciones previstas en este sistema para defender los derechos de trabajadores y trabajadoras. Por ahora, la derecha y los medios de comunicación están consiguiendo su objetivo. ¿Te vas a dejar engañar y manipular?
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