Islandia, en la encrucijada bancaria
Bruselas exige al país que cumpla con los compromisos que le corresponden por ser miembro del Espacio Económico Europeo
Día 12/04/2011
La  decisión tomada por los ciudadanos islandeses este fin de semana de no  hacer frente a los cerca de 4.000 millones de euros que su país debe a  Reino Unido y Holanda, por la quiebra del banco Icesave en 2008 y  después de que estos dos países garantizaran los depósitos de sus  ciudadanos como si de entidades nacionales se hubiera tratado, no ha  sentado bien en Bruselas. La Comisión Europea emitió un comunicado  políticamente correcto en el que aseguraba que la decisión no iba a  suponer una traba para el proceso de adhesión de este país a la Unión  Europea, aunque iba a vigilar de cerca los acontecimientos «ya que este  país debe cumplir con los compromisos derivados de su pertencencia al  Espacio Económico Europeo (EEE)».
De  entrada, el Fondo Monetario Internacional, uno de los primeros que  acudió al rescate de este país, ya ha anunciado que la próxima revisión  del programa de ayuda, prevista para el 27 de abril, se retrasará  algunas semanas. Franek Rozwadowski, representante del FMI en Reykjavik,  aseguró ayer que confiaba en que el resultado del referéndum no  afectara a la estabilidad económica y financiera del país, informa Afp.
El  Gobierno islandés, mientras tanto, insiste en que ahora el asunto está  en manos de la Autoridad de Vigilancia de la Asociación Europea de Libre  Comercio (EFTA en inglés), que es la que tendrá que dirimir el  conflicto con los Gobiernos de Reino Unido y Holanda, que adelantaron  los fondos del banco islandés quebrado, Icesave, a sus 340.000  ciudadanos.
Crisis política
 La cuestión de  fondo, además del conflicto intergubernamental, es si las agencias de  calificación financiera reducirán la nota de los títulos de deuda de  este país, lo que podría suponer un freno a la recuperación económica  del país por el consiguiente aumento de los costes de financiación en  los mercados. Y, como ya viene siendo habitual, a la crisis económica y  bancaria se le une también la política ya que Johanna Sigurdardottir,  jefa del Gobierno de la coalición de centro izquierda que dirige el  país, ya ha advertido que está dispuesta a reconsiderar su coalición si  el resultado del referéndum del domingo daña la mayoría que tiene en el  Parlamento. La oposición, encarnada por el partido conservador llamado  Independiente, ha afirmado que el resultado del referéndum ha sido un  duro golpe para el Gobierno por lo que ha exigido la convocatoria de  elecciones anticipadas antes de que expire la actual legislatura, a  final de 2013.
 
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