El TS no apartará al juez Luciano Varela del caso contra Garzón
         
En la causa abierta contra el juez Garzón por investigar los crímenes franquistas
PUBLICO. ES / EUROPA PRESS           MADRID           22/07/2010 12:11
 
 Baltasar Garzón, ¿Heroe o Villano?
Según quien hable de él, Baltasar Garzón, juez de  la Audiencia Nacional, se convierte en protagonista o antagonista,  cazador o cazado, personaje estrella o estrellado, héroe o villano de  una historia que está en boca de todos. Mientras Luciano Varela, juez  instructor del Tribunal Supremo, descalifica, en tono incendiario, “la  imaginación creativa” de Garzón, acusándole de “desconocer principios  esenciales del Estado de derecho” o “leyes democráticamente aprobadas,  como la de Amnistía”, imputándole haber actuado “por objetivos no  justificables”, Jueces para la Democracia y la Unión Progresista de  Fiscales consideran “doloroso e injustificable” el proceso abierto  contra él. En un comunicado, al que se adhieren Magistrados Europeos  para la Democracia y las Libertades así como la Federación  Latinoamericana de Jueces por la Democracia, señalan a la Sala Penal del  Supremo como responsable de “resurgir los valores del franquismo”.  Sostienen, en contra de lo defendido por el juez Varela, que “cuestionar  la ley de amnistía con base al derecho internacional no puede ser un  hecho delictivo”. Y repiten que nada valen las amnistías nacionales,  cuando se producen crímenes atroces contra la Humanidad. Héroe para  unos, villano para otros, Baltasar Garzón es hoy el personaje de hoy. 

Baltasar Garzón, fotografiado en The Guardian.Comencemos  por lo que dicen de él más allá de nuestras fronteras. El pasado día 9,  los diarios “The New York Times” y “The Guardian” salían en su defensa.  Recuerdan ambos las causas que abrió contra el dictador chileno,  Augusto Pinochet, Silvio Berlusconi o terroristas como Bin Laden, y  consideran que la decisión del Tribunal Supremo español de proceder  penalmente contra él está políticamente motivada. Para el británico “The  Guardian”, la causa contra Garzón pone de manifiesto “dos grandes  problemas” que, a su juicio, existen en España, como son “un poder  judicial politizado” y “la herencia” de la dictadura franquista. El juez  “se sentará en el banquillo” acusado de prevaricación por investigar  los crímenes del franquismo, periodo en el que, según destaca, se  produjeron “más de 100.000 ejecuciones sumarias sin juicio”. Recuerda el  periódico londinense que los demandantes en este caso son tres  organizaciones políticas de extrema derecha, entre ellas Falange  Española, “que no es otro que el partido fascista, el cual es acreedor  de la mayoría de las atrocidades que Garzón estaba investigando”. Y  añade que, en España, “hay más fosas comunes que en Bosnia y todavía más  desaparecidos que en Argentina”. En un editorial posterior de “The New  York Times”, titulado 'Una injusticia en España', el diario  estadounidense considera que la causa contra el juez está motivada  políticamente y que debería haber sido rechazada. A su juicio, esto  puede satisfacer a sus “enemigos políticos”, pero es una “parodia de la  justicia”. 
 
Desde  la semana pasada, las campañas contra la inhabilitación del juez  Baltasar Garzón se multiplican en la red. Centenares de correos  electrónicos fueron mandados al Consejo General del Poder Judicial  (gobierno de los jueces). De nada sirvió que Garzón presentase el  sábado, 10 de abril, un recurso de apelación ante la Sala de lo Penal  del Tribunal Supremo en el que alegaba que habían sido precisamente  “motivaciones ideológicas” las que motivaron a “grupúsculos y  organizaciones marginales” a ejercer una acción contra él. Luciano  Varela, magistrado del Tribunal Supremo y colega de Garzón, decidió  transformar la causa en procedimiento abreviado por un presunto delito  de prevaricación que el juez habría cometido al investigar las  desapariciones durante el franquismo. Lo que significa que el magistrado  será finalmente sentado en el banquillo y juzgado por estos hechos, con  lo que se pondría fin a su carrera. 
The Wall Street Journal,diario "amigo" de Aznar, ataca a Garzón.Por  el contrario, otros periódicos como “The Wall Street Journal” recogen  el pasado martes la acusación contra Garzón de un presunto delito de  prevaricación. “Le ha llegado su merecido”, dice un editorial del diario  “amigo” de Aznar que explica someramente lo ocurrido en España y cómo  Garzón “fue encausado por su investigación de las ejecuciones y  desapariciones durante la Guerra Civil” española. Recuerda que “un  magistrado del Tribunal Supremo de Justicia le acusó de manipulación de  la justicia y abuso de sus atribuciones” y de “ignorar una amnistía de  1977 en relación con las atrocidades vinculadas con la dictadura de  Francisco Franco”. El diario indica cómo este “juez hiperactivo” el año  pasado abrió procedimientos contra ex funcionarios de la Administración  Bush por denuncias de “torturas”. El diario expresa su esperanza “de que  los imitadores de Garzón muestren el mismo respeto hacia otros países”.
 
Magistrados,  jueces y fiscales progresistas suscribían, el pasado día 9, un  comunicado de apoyo al juez Garzón. Los firmantes denunciaban que “se ha  abierto el camino para que los herederos del franquismo sienten en el  banquillo a un juez que se ha comprometido en la lucha por los  derechos”. Y consideraban que la causa contra Garzón “rompe los valores  constitucionales” y “pone en cuestión los compromisos internacionales en  materia de derechos humanos adquiridos por el Estado español”. Jueces  para la Democracia (JpD) y Unión Progresista de Fiscales (UPF)  reconocían que “la sociedad española ha progresado”, pero lamentaban que  “todavía subsistan algunos temas pendientes como consecuencia del  olvido del pasado”. Uno de los más importantes era que “la democracia no  ha sido capaz de reparar la memoria de las víctimas” del franquismo”.  “Todavía convivimos –señalaban– con “la vergüenza nacional” de miles de  personas cuyos restos permanecen “indignamente enterrados” en fosas  comunes, y apuntan que, judicialmente, “ninguna responsabilidad ha sido  establecida por la autoría de tan horrendos crímenes”. Destacaban que  esa impunidad era “una verdadera excepción en nuestro ámbito” y que  “resulta particularmente hiriente, si se considera que la jurisdicción  española ha sido capaz de perseguir a criminales contra la humanidad  cometidos en otros países”. El manifiesto también intentaba desmontar  los argumentos del juez Luciano Varela que motivaban la imputación de  Garzón.
 
En  un acto convocado por UGT y CCOO, en la Facultad de Medicina de la  Universidad Complutense, y celebrado el 13A de Garzón –día del rencor y  del odio, advierte Manuel Molares do Val en “Crónicas Bárbaras”...  Tragicomedia de Martes y 13–, en el que participa Carlos Berzosa, rector  de la UCM, Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal Anticorrupción, Cándido  Méndez e Ignacio Fernández Toxo, secretarios generales de ambos  sindicatos, se denuncia “la persecución” contra el juez Garzón por  pretender investigar los crímenes del franquismo. Intelectuales,  actores, estudiantes y representantes del mundo de la política, como el  ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, aplauden  las palabras del ex fiscal Anticorrupción, quien afirma que los  magistrados del Tribunal Supremo que admitieron a trámite las querellas  contra el juez, Baltasar Garzón, se convirtieron en un instrumento de la  “actual expresión del fascismo español y merecen nuestro absoluto  rechazo”. Méndez califica la apertura de la investigación contra Garzón  como una auténtica “vergüenza histórica”, instigada por los “hijos de la  dictadura”, quienes pretenden que el franquismo siga impune y que  Garzón se convierta en otra víctima del franquismo. Fernández Toxo añade  que UGT y CCOO no están cuestionando la transición, como ha denunciado  algún dirigente político, pero sí pretenden “restablecer y recuperar” la  memoria de las víctimas. Señala que es una “ignominia que  organizaciones que, en otros países, estarían ilegalizadas, en España  sean atendidas sus demandas –en referencia a Falange–. De la crisis  económica se sale, tarde o temprano, pero vamos a salir. Lo que no  podemos permitir es que se consolide la crisis ética y moral que afecta a  este país. Ha llegado el momento de una gran iniciativa restauradora,  España necesita una transición ética y moral”.
Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal anticorrupción.Jiménez  Villarejo argumenta que los magistrados del Tribunal Supremo que han  tomado las decisiones que afectan a los crímenes del franquismo lo han  hecho “en algo que da un golpe brutal a la democracia, esto es, en  constituirse en instrumento de la actual expresión del fascismo español”  a través de la admisión de las querellas contra Garzón. Algo que “es  una falta de respeto a las víctimas del franquismo”. Matiza que “tortura  no existía como tal delito en la dictadura, pero sí lesiones, y no se  atrevieron nunca a abrir una causa por lesiones o coacciones contra las  víctimas de la tortura a lo largo de 40 años de dictadura”. El ex Fiscal  Anticorrución se pregunta: “¿Cómo se puede hablar de la sensibilidad de  los jueces respecto de las víctimas de la guerra civil y la dictadura”.  Y pide “un poco de respeto a la memoria de las víctimas”. Afirma que  esta es una “situación crítica de la democracia española, del poder  judicial y del TS”, por “haber rechazado de forma reiterada la posición  del Ministerio Fiscal, que ha obrado con extrema dignidad. En lugar de  esto, optaron por ponerse en manos de Falange, que, en sus querellas y  escritos, defienden el honor de lo que se llamaba el ‘glorioso  movimiento nacional’. ¿Pero cómo puede ser eso posible hoy en un  tribunal de justicia democrático?”. 
Pedro Almodóvar, José Sacristán, Pilar Bardem…Pedro  Almodóvar, José Sacristán, Pilar Bardem, Luis García Montero, Almudena  Grandes, Juan Diego Botto, Ismael Serrano, Pepe Viyuela y otras  personalidades del mundo cultural denuncian la “persecución” contra  Garzón urdida por la extrema derecha. Almodóvar reivindica la “deuda  moral con quienes perdieron la guerra”. Y delata la gravedad de que la  Falange pueda sentar en el banquillo a un juez que se atrevió a  investigar el franquismo, algo que, de llevarse a cabo, “supondría una  nueva victoria de Franco”. Sacristán insiste en que “no corren buenos  tiempos para la democracia” por el “acoso y derribo” contra Garzón, un  hecho “moralmente deleznable” que vincula con el “caso Gürtel”. Y lanza  un: “¡Basta ya, no podemos quedarnos quietos!”. Bardem asegura que “es  lo más grave que ha pasado a la democracia española desde el 23-F”. “Hay  jueces que dicen que nadie puede estar por encima de la ley, y yo  discrepo –argumenta la escritora Almudena Grandes–. La Justicia sí está  por encima de la ley, ya que ésta es una obra humana y es falible”.  Gervasio Puerta, presidente de la Asociación de Ex-presos y  Represaliados Políticos Antifranquistas, muestra su “indignación” porque  no sean los “asesinos falangistas” quienes estén sentados en el  banquillo. “No estuve de acuerdo con la justicia de Franco que me juzgó a  mí, y hoy no puedo aceptar el veredicto sobre Garzón. Lo siento”. El  acto se lleva a cabo en la Facultad de Relaciones Laborales de la  Universidad Complutense de Madrid y anuncian que tienen previsto  concentrarse frente a la Audiencia Nacional todos los días, de lunes a  viernes, hasta el próximo 22 de abril, día en que el juez Garzón  comparece frente al Tribunal.
 
José  María Izquierdo, en “La Cuarta Página” de El País sostiene que es  incongruente que organizaciones de ultraderecha, como Manos Limpias o  Falange Española, puedan sentar a Garzón en el banquillo con el apoyo de  jueces como Adolfo Prego y Luciano Varela. Y, en un artículo titulado  “¡Qué apropiada su querella, amigo fascista” hace un retrato de estos  jueces. “Se le procesa a Garzón –escribe– porque el magistrado del  Supremo, Adolfo Prego, admitió a trámite la querella de Falange  Española. ¿Y quién es Adolfo Prego? Pues un personaje revelante en la  fundación Denae (Defensa de la Nación Española) que hace un mes  concedió, por ejemplo, el título de españoles ejemplares a esos  infamantes personajes de la ultraderecha mediática que son Federico  Jiménez Lozanitos y César Vidal, o que actúa de telonero del seudo  historiador Pío Moa, al que refrenda su interpretación de que el golpe  militar de Franco no fue en realidad sino una digna contrarrevolución  para impedir que triunfara el golpe de Estado de 1934 de los comunistas  para acabar con la República”. A continuación, Izquierdo se ocupa de  Luciano Varela. “A lo mejor el muy progresista Varela podía echar una  mano para retocar las leyes que hagan falta, la de amnistía de 1977, 33  años ya, hecha a martillazos en mitad de la trabajosa transición, o la  reciente de Memoria Histórica, tan reacia a trabajar la memoria como a  conocer la historia. Porque, seguramente, si logramos que los jóvenes  conozcan, incluso desde la enseñanza obligatoria, los excesos que se  cometieron en la Guerra Civil, impediríamos dos cosas. Que vuelvan los  fanatismos y que los fascistas de hoy dejen de justificar, cuando no  glorificar, los crímenes de Franco y sus conmilitones. Podrían  conocerse, también, las villanías de la Falange –la dialéctica de los  puños y las pistolas– que durante cuarenta años tuvieron vía libre para  fusilar, encarcelar o humillar a los rojos y que hoy, qué risa, presumen  de empurar a Garzón”. 
De Cospedal tilda de “disparate” el que se pretenda presionar al juez Varela. 
Ante  el cúmulo de reacciones adversas, el Consejo General del Poder Judicial  (CGPJ) se pone nervioso y expresa su “preocupación y tristeza”.  Advierte que el “descrédito” que provocan hacia el Estado de Derecho “no  resulta tolerable”. Exige un respeto por el Tribunal Supremo y reitera  “con firmeza, la ineludible necesidad de respetar la actuación de los  órganos judiciales, cuya cúspide ostenta el Tribunal Supremo”. El  presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, advierte que la libertad  para expresar ideas debe ir acompañada de “respeto al Tribunal Supremo” e  invita a todos a “respetar la acción de los tribunales” y en concreto  del Tribunal Supremo y “de las instituciones centrales del Estado de  Derecho”, lo que no impide que, en España, se puedan “expresar con  libertad las ideas”. El PP, por su parte, más nervioso aún que el propio  CGPJ, califica el acto de CCOO y de UGT de “atentado contra la  democracia y contra el Estado de Derecho”. Esperanza Aguirre muestra su  “estupor y escándalo” por el uso de la Universidad, pagada con fondos  públicos para “coaccionar y amenazar a los jueces del Tribunal Supremo a  los que se ha llamado torturadores y fascistas”. Federico Trillo tilda  el acto de “algarada” y “espectáculo vergonzoso”. Y María Dolores de  Cospedal de “disparate el que se pretenda presionar al juez Varela,  instructor de la causa contra Garzón”.
 
Inés  García Holgado y Darío Rivas, familiares de fusilados por el régimen  franquista, durante la presentación de la demanda para investigar y  castigar a responsables de los crímenes de la dictadura en España. Los  acompaña Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo. Foto Reuters
Dos  asociaciones –la Memoria de Mallorca y la Recuperación de la Memoria  Histórica de Catalunya– presentan una querella por prevaricación contra,  Luciano Varela, magistrado del T. S., y contra Juan Saavedra,  presidente de la Sala de lo Penal de este órgano, al considerar que  ambos cometen prevaricación en las resoluciones que llevarán al  banquillo a Baltasar Garzón al banquillo. En Argentina, decenas de  organizaciones presentan una demanda para que se investiguen estos  crímenes del franquismo, apoyándose en dos familias que fueron sus  víctimas. Darío Rivas, impulsor de la querella presentada en Argentina  contra los crímenes del franquismo, afirma que “en España el Tribunal  Supremo está del lado de los asesinos, y yo eso no lo puedo consentir  porque fue Falange la que asesinó a mi padre, Severino”. Severino Rivas,  alcalde republicano de Castro de Rei (Lugo) fue ejecutado y arrojado a  una cuneta por miembros de Falange Española. Cuando ocurrieron los  hechos, Darío estaba en Buenos Aires, donde su padre le había enviado  para estudiar. Allí se enteró de lo que habían hecho con su progenitor. A  sus 90 años, Darío reside desde los nueve años en Argentina y, en el  2005, viajó a España para recuperar los restos de su padre. 
Miguel Bernat, secretario general de la Asociación Manos Limpias. 
Por  su parte, el sindicato Manos Limpias denuncia ante el juzgado al rector  de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, y al ex Fiscal  Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo por el acto celebrado en apoyo  al juez Garzón. A Berzosa le acusa de prevaricación y malversación de  caudales públicos y a Jiménez Villarejo de injurias y calumnias. Manos  Limpias considera que el acto público, “en alguna de sus intervenciones,  no está amparado en el derecho a la libertad de expresión”. A su  juicio, el desarrollo del mismo “supuso un ataque y una subversión” del  sistema democrático español y “una coacción a los miembros de la Sala  Segunda del Tribunal Supremo”. 
 
Qaesar,  en su blog El Ventano, escribe: “Ha intentado levantar la alfombra del  franquismo, ha querido restañar injusticias de los ganadores de la  cruzada, ha trabajado para poner nombre a cadáveres abandonados en  cunetas, ha buscado devolver la dignidad de las víctimas del  fanatismo... Y sus jefes le quieren cerrar la boca…Hay demasiada gente, y  muy poderosa, que quiere un país en sombras, un país siniestro. Un país  callado. En silencio”. 
 
“Garzón  se ha labrado durante los últimos años una acredita fama fuera de  nuestras fronteras como el juez de las cruzadas contra los dictadores  –escribe Daniel Forcada en El Confidencial (08/04/2010)– Algo a lo que  ha contribuido, muy singularmente, su afán viajero y el impresionante  periplo que durante los últimos años le ha llevado a impartir  conferencias en numerosos países. Desde que, en julio de 2006, se  reincorporó a la Audiencia Nacional, tras su año sabático de estudios en  Nueva York, el magistrado ha hecho en kilómetros el equivalente a tres  vueltas al mundo, es decir, más de 135.000 kilómetros de vuelo. Y como  conferenciante, ha visitado una quincena de países como Colombia, Perú,  Estados Unidos, México, Argentina o Costa Rica… Según ha señalado el  magistrado Varela, un juez depende ‘solo, pero siempre de la ley’ y  ‘Garzón era consciente de su falta de competencia y de su artificiosa  argumentación’. El diario chileno “La Nación” titula, sin embargo, de  forma escueta: ‘Juzgan al juez Baltasar Garzón por investigar al  franquismo’, mientras que el citado “Los Angeles Times” opta por señalar  que el ‘super juez’ está ‘acusado de abuso de poder por su causa contra  la ruinosa guerra civil del país. Para Giles Trelett, corresponsal en  Madrid del diario británico “The Guardian”, ‘el juez de las cruzadas  español se enfrenta a un juicio por abuso de poder’… Geoffrey Robertson,  abogado británico de derechos humanos, no duda en señalar que todo este  procesamiento no hace sino demostrar ‘la integridad de los jueces de  España y de la reputación de los juristas españoles’. ‘Es irónico  –añade– que una de los pocos juristas de España de renombre  internacional, así como un juez de instrucción increíblemente valiente  que ha arriesgado su vida con la mafia, con el grupo vasco ETA y con  Al-Qaida, tenga ahora su reputación en riesgo”. 
 
Baltasar  Garzón –según Ignacio Escolar en su blog “Escolar.net” – se convierte  en la primera persona de la historia de España que se sentará en un  banquillo por los crímenes del franquismo. “Por investigarlos, por  supuesto. Como acusación, figura Falange Española. Entre los jueces que  han participado en la llamativa decisión, destaca un magistrado que  compagina el Supremo español con la Hermandad del Valle de los Caídos.  En el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que pronto decidirá su  salida de la Audiencia Nacional, se sienta la jueza que dio alas a la  conspiración del ácido bórico. El vicepresidente del CGPJ es un ex  consejero de Justicia de la Generalitat valenciana, amigo íntimo de  Camps. Baltasar Garzón ya casi tiene hora para el banquillo, mientras  que la dirección del PP valenciano ya no tiene un solo imputado en la  Gürtel, a pesar de que el sumario desvelado detalla más de seis millones  de euros en supuesta financiación irregular sólo en Valencia”.
 
“Sentar  a Garzón por denunciantes como Manos Limpias, Falange Española y  Libertad e Identidad no es sino un exceso absoluto donde la razón  fundamental se basa en la ley de Amnistía de 1977 –escribe RGAlmazán en  su blog Kabila del 8 de abril– Una ley que fue aprobada en 1977 por un  Parlamento pre-constitucional (la Constitución española se aprobó el 6  de diciembre de 1978) y que considera prescritos delitos de lesa  humanidad, lo que está en contra de la Declaración Universal de Derechos  Humanos suscrita por España, quien ha pedido a España que se anule en  varias ocasiones. Los franquistas, Varela, que odia a Garzón –instructor  del caso–, y los jueces conservadores están cometiendo esta tropelía,  contra el parecer del fiscal y del sentido común. Si la instrucción ha  tenido problemas de forma, lo que hay que hacer es anularla y no sentar  en el banquillo al juez que la ha abierto. ¿Alguien se imagina cuántos  jueces hubieran sido juzgados por instrucciones mal llevadas?,  suponiendo que sea así. … Que no piense el tal Varela, cuyo odio a  Garzón le ha hecho enfermar, o los franquistas denunciantes que esto se  queda así. Porque la justicia es tal, cuando cumple los mínimos  requisitos y hoy se están sobrepasando los límites. Estamos en la picota  en el mundo entero, hoy parece que España está llena de franquistas  nostálgicos –que algo de eso hay—, y esto puede abrir la espita  internacional de la presión contra el franquismo. Ojalá que sea así”
 
Volvemos,  para terminar con ese breve resumen de la semana pasada, con la prensa.  Los corresponsales extranjeros en España son llamados por el Tribunal  Supremo para informarles directamente sobre el caso. “No recuerdo algo  similar desde el atentado islamista del 11-M, durante la presidencia de  Aznar –comenta Walter Haubrich, corresponsal del semanario alemán  “Sonntagzeitung”– cuando nos llamaron, al igual que a los directores de  periódicos españoles, para convencernos de que había sido ETA”. Haubrich  se queda estupefacto con la convocatoria del Tribunal Supremo para  explicar a los corresponsales extranjeros –excluidos, en principio, los  medios españoles– los aspectos técnicos del procedimiento contra el juez  Garzón. Otros periodistas británicos, italianos, alemanes, portugueses o  franceses consultados, reflejan igualmente su extrañeza por esta cita  inédita.”Deja bastante claro cuáles son sus intenciones, pero tampoco  somos tontos”, dice Claudia Cucchiarato, corresponsal del rotativo  italiano “L'Unità”. “Hay miedo a que las cosas no vayan por donde  quieren. Antes de encontrarse con noticias que no puedan controlar,  intentan hacerlo de esta manera”. Pero el Tribunal Supremo termina por  desconvocar el encuentro informativo. En una nota de prensa, el alto  tribunal justifica la desconvocatoria diciendo que “las expectativas  creadas” por la misma y “el notable número de periodistas que han  demostrado su interés en participar en el encuentro –cerca de un  centenar– imposibilitarían materialmente dar adecuada satisfacción a las  solicitudes de información de los asistentes”. Y la Oficina de Prensa  del tribunal decide “facilitar a todos los interesados, por escrito, la  correspondiente documentación explicativa del régimen técnico aplicable a  los procesos contra aforados que se desarrollan en el Tribunal  Supremo”.
Y tras estas páginas alrededor de Garzón, nos volcamos, como cada domingo, en el humor, la otra cara de la dura realidad. 
Aún después de muerto, el dictador seguía ganando la guerra. 
Territorio Vergara insiste en la Justicia, Cospedalandia, Demócratas, El destape, ¿Y ahora qué?, y El cuento de nunca acabar. 





 
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Y Pep Rog: ¡Oh, la naturaleza!, Mística, La, la, lará, lará, lará, Análisis, No es lo mismo, Suma y persigue. 




