Camps, ‘chico Telva’
"Mira a Camps, a su bolita: a la vejez, 'chico Telva'. Que no es ningún cadáver político y que está como nunca para presidir la Generalitat, o el Gobierno si se tercia, dice en el despliegue que le dedica la revista pija"
Francisco Camps, durante un acto del Partido Popular en la plaza de toros de Valencia / JORDI VICENT
Me han matado. Vale que a partir de los 40 una se vuelva invisible para los tíos, pero es que ahora resulta que además soy una fantasma, una zombi, una muerta en vida en el trabajo. Y no lo digo yo, que para eso doctores tiene la Iglesia de los Santos de los Últimos Días del Oficio. Yo es que soy muy de sectas, aunque tengan mala prensa. La verdad es lo que tiene: no hay peor sordo que el que no quiere oírla. Mira a Camps, a su bolita: a la vejez, chico Telva. Que no es ningún cadáver político y que está como nunca para presidir la Generalitat, o el Gobierno si se tercia, dice en el despliegue que le dedica la revista pija. Un publirreportaje con unos fotones del ex molt honorable en plan arrocero de La Albufera que ríete tú del Tonet de Cañas y barro de Blasco Ibáñez. Que Paco se cree la muerte no es noticia, pero no percatarse de que se le ha socarrado la paella y de que ni Fabra ni Rajoy quieren verlo ni en pintura es de estar autista severo. El culpable no es él, ya lo dijo el jurado: apuesto a que en La Moncloa están pensando en qué darle para quitárselo de en medio y callarle la boca.
El que huele a fiambre que tira de espaldas es Matas. Ya lo dijo Bécquer: Dios mío, qué solos se quedan los muertos. El expresidente balear vive, colea, y de momento no ha entrado en la trena, pero como si lo estuviera. Creo que Cospedal tiene a varios becarios a jornada completa en Génova recortando al figura de todas las fotos de bodas, bautizos y demás eventos populares, como hizo mi suegra con esta servidora cuando me divorcié de su niño bonito. Es tan corto el amor y tan largo el olvido, que escribió Neruda. Lo bueno es que nunca es tarde para volver al mercado. Solo tienes que ver a Palomo Linares y Marina Danko en ¡Hola!, más vivos que nunca a los 60, retozando por el mundo cada uno por su lado con sus nuevas parejas.
Para mí que quien resiste, gana. Puede que, a mis años, este sea un oficio de difuntos, que diría Uslar Pietri, pero con mi autoestima no puede ningún gurú del tercer milenio. Otras cosas de más abajo no, pero la cabeza la llevo más alta que la jueza Alaya. No tengo Twitter ni Facebook, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo la reina de mi casa, aunque mi reino ya no sea de este mundo. Y hablando de imperios, me voy a dar una batida por Zara a ver si revivo.
No me extraña que hayan adelantado a los suecos de H&M, que hayan subido dos dígitos el beneficio y que Pablo Isla sea el ejecutivo mejor pagado. En Inditex saben lo que quieres, lo copian y te lo venden donde menos te lo esperas. Hasta Zapatero, otro expresidente, sale en las revistas paseando por París con Sonsoles de una mano y una bolsa del emporio de Amancio en la otra, ¿dónde va a encontrar mejor apaño para debutar como conferenciante en Maracaibo? Pensándolo bien, mejor me piro a Bershka. No quepo ni en la XXL de la tienda, pero es el único sitio donde me llaman cielo y me tutean las niñatas. Y eso, a mi edad, resucita a una muerta.
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