miércoles 28 de marzo de 2012
El gusto conservador por Azaña
Alberto Ruiz-Gallardón cometió ayer la osadía de citar a Azaña en su comparecencia en el Senado. La frase que utilizó para ello, desde luego, no fue la más afortunada: "La libertad de maternidad hace a las mujeres auténticamente mujeres". Podía haber recordado al republicano con algún otro discurso, como 'Estado laico', por ejemplo, donde Azaña apuntaba que "España ha dejado de ser católica; el problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica el pueblo español". Pero no, escogió otra cita para volver a ejercer su actitud paternalista con la mujer.
Cada vez que un conservador utiliza a Azaña para parecer moderado hay que echarse a temblar. Gallardón no es el primero que lo hace y recordando los antecedentes sobran los motivos pata temerse lo peor. El propio Aznar ya reinvidicó en el pasado la figura de Azaña, hasta el punto de que confesó su "vocación profundamente azañista".
El ministro de Justicia pretende manipular a la opinión pública a su antojo. Que nadie piense que por citar a Azaña, Gallardón en moderado. Aquella versión del político que llegó a ser comparado con Bono (Gallardón era para el PP lo que Bono para el PSOE) pasó a mejor vida. El ministro de Justicia busca ahora camuflar su profundo sentir antiabortista bajo una defensa de la libertad de la mujer y para ello, precisamente, cercena su libertad misma. ¿No sería mejor atacar a quienes ejercen esa "violencia estructural" de la que habla Gallardón -para la que por cierto ya existen garantías legales-? Actuar como él actua sería equivalente a prohibir el derecho a la huelga para acabar con los conflictos laborales, en lugar de acabar con los empresarios explotadores... claro que este Gobierno, tan afín a la CEOE, va camino de ello.
Puestos a citar a Azaña, quizás el Gobierno deberia releer "Sres. Diputados, en los pueblos donde [...]se desoyen hasta las voces desinteresadas de la gente que cultiva la ciencia social y la ciencia del Derecho, se produce fatalmente, si el pueblo no está muerto, una revolución, que no es ilegal, sino por esencia antilegal, porque viene cabalmente a destruir las leyes que no se ajustan al nuevo estado de la conciencia jurídica".
Quizás el Gobierno debería atender a la advertencia de Azaña para situaciones críticas -comenzamos a vivir una-: "Por encima de la Constitución, está la República, y por encima de la República, la revolución".
Cada vez que un conservador utiliza a Azaña para parecer moderado hay que echarse a temblar. Gallardón no es el primero que lo hace y recordando los antecedentes sobran los motivos pata temerse lo peor. El propio Aznar ya reinvidicó en el pasado la figura de Azaña, hasta el punto de que confesó su "vocación profundamente azañista".
El ministro de Justicia pretende manipular a la opinión pública a su antojo. Que nadie piense que por citar a Azaña, Gallardón en moderado. Aquella versión del político que llegó a ser comparado con Bono (Gallardón era para el PP lo que Bono para el PSOE) pasó a mejor vida. El ministro de Justicia busca ahora camuflar su profundo sentir antiabortista bajo una defensa de la libertad de la mujer y para ello, precisamente, cercena su libertad misma. ¿No sería mejor atacar a quienes ejercen esa "violencia estructural" de la que habla Gallardón -para la que por cierto ya existen garantías legales-? Actuar como él actua sería equivalente a prohibir el derecho a la huelga para acabar con los conflictos laborales, en lugar de acabar con los empresarios explotadores... claro que este Gobierno, tan afín a la CEOE, va camino de ello.
Puestos a citar a Azaña, quizás el Gobierno deberia releer "Sres. Diputados, en los pueblos donde [...]se desoyen hasta las voces desinteresadas de la gente que cultiva la ciencia social y la ciencia del Derecho, se produce fatalmente, si el pueblo no está muerto, una revolución, que no es ilegal, sino por esencia antilegal, porque viene cabalmente a destruir las leyes que no se ajustan al nuevo estado de la conciencia jurídica".
Quizás el Gobierno debería atender a la advertencia de Azaña para situaciones críticas -comenzamos a vivir una-: "Por encima de la Constitución, está la República, y por encima de la República, la revolución".
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