En las entrañas de la banca
La idea la trajeron de Estados Unidos y, como contamos en periodismohumano, en España son pioneros en el activismo accionarial: gritar desde dentro. Es decir, denunciar ante cientos de accionistas ciertas actividades del banco. Setem, ONG pionera en este tipo de actuaciones, lleva a cabo junto a Justicia i Pau y Observatorio de la Deuda en la Globalización la campaña Banca Limpia, que continúa con la idea de BBVA sin armas y Banco Santander sin Armas. Este fin de semana volvieron a estar de actualidad porque el viernes se celebró en la capital cántabra la Junta anual de Accionistas del Banco Santander. Y allí estaban Annie Yumi Joh, responsable de la campaña de Setem, y Jordi Calvo, de Justicia i Pau, para intervenir. Se declaran nerviosos (“Hablar delante de gente tan importante impone”, confiesa Jordi) y sin embargo no les tiembla la voz cuando, “exigen” a Emilio Botín que cambie políticas en su Responsabilidad Social Corporativa (RSC).También cobraron más notoriedad porque en la misma Junta de accionariado intervinó uno de los miembros en nombre del movimiento del 15M.
La financiación, ya sea por vía participativa o crediticia en la industria armamentística, o la construcción de infraestructuras de dudoso impacto ambiental, es donde centran todas sus fuerzas para hacer llegar su mensaje a la sociedad.Periodismohumano. ¿Cuál es el impacto de vuestras acciones?Annie Yumi Joh. Pueden funcionar, pero no es fácil analizarlo como la única acción que lleva a un resultado. Hay muchas acciones complementarias con el apoyo de la ciudadanía en torno a una campaña. Lo que hacemos es una manera de pedir una respuesta concreta ante el presidente del consejo de administración. Si no fuera a través de este foro, difícilmente podríamos contactar con ellos.P. ¿Les afecta que intervengáis en una Junta de Accionistas?Jordi Calvo. Yo creo que sí. No es que vayan a cambiar, porque te hacen muy poco caso. Pero si lo vas repitiendo y tienes el apoyo de una campaña, les fastidia mucho ver su nombre, sus colores…P. Por ejemplo en las dos páginas Web de la campaña sin armas… ¿No tuvisteis problemas para utilizar sus nombres?J.C. Cuando sacamos la página web del Santander, la bloquearon. Con el BBVA, se nota que les fastidia ponerlos en la diana. Se trata de molestar, notar que no pueden hacer lo que quieran, que hay alguien que los está mirando, vigilando y denunciando.A.Y.J. La excusa que pusieron cuando se quedó bloqueada la página del Santander fue que tenían un mecanismo automático que detectaba su nombre o su logo. Era un sistema de seguridad. En teoría decían que podíamos utilizar su nombre y coger datos de la personas en nombre del Banco Santander. Si miras la página web está claro que no buscamos clientes…P. ¿Llega la campaña a la sociedad?A.Y.J. En la campaña Banca Limpia [la actual] hicimos un ejercicio de comunicación importante porque antes de lanzarla no queríamos repetir otra campaña de armas, que ya habían existido bastantes. Queríamos que llegara a la gran mayoría de la sociedad, no solo a la gente ya sensibilizada. Gente que en otros momentos no le llegarían esos mensajes. Definimos una imagen más fácil volviendo a recobrar nuestro mensaje, con dibujo y mensajes muy claros siempre fundamentados n una investigación. Desde que lanzamos la página tenemos 8.000 visitas únicas diarias.P. Pero quienes participan en la campaña no dejan de ser minoría.J.C. Somos una minoría quienes lo hacemos, pero creo son mayoría quienes lo piensan.En este caso es peor todavía que en cualquier campaña ya que los bancos grandes están presentes en todos los medios. Hablar mal de ellos debe estar prohibido por el editor. Yo creo que hay periodistas a quienes les gusta lo que hacemos y lo miran, pero no les dejan publicar la noticia. Recuerdo que hablando de la campaña en Galicia en una radio nos dijeron que hablásemos del tema pero que no diéramos los nombres de las empresas.A.Y.J. Llevamos control de las visitas y hay una gran cantidad de personas que han accedido a nuestras notas de prensa. Mucha gente nos ha llamado diciendo que le interesaba mucho la información pero que no podían hacer absolutamente nada.P. La información que lanzáis en intervenciones y recogen los informes contienen todos los detalles: nombres de empresas, datos, fechas, relaciones, tipos de armas, participaciones, etc. Eso os otorgará mayor credibilidad.A.Y.J. Claro. Sin información fiable, cointrastada, no hay nada que hacer.J.C. Es mejor decir algo concreto y sobre todo si hablar de bombas que tienen peor fama. Hay algún logro, aunque no será del todo por la campaña, en relación a armas prohibidas, como las bombas de racimo. Los bancos están limitando sus inversiones en eso. Es muy puntual, en algún tipo de armas, pero es un inicio.P. ¿Cómo conseguís los datos?J.C. El acceso a información más fácil que tenemos es el gratuito. Nos cuesta más localizar exportaciones o créditos: esa información que hay que pagarla para acceder a las bases de datos. Puntualmente salen informes. Pero lo que podemos hacer cada día es tener acceso al registro mercantil, a la CNMV, a algunas bases de datos gratuitas de universidades, y sacamos quién tiene acciones. Eso es tan escandaloso como conceder créditos. En este entramado de empresas [que tienen acciones en la industria armamentística] están implicadas prácticamente todas las cajas de ahorros autonómicas.P. Tratáis temas realmente delicados. ¿Encontráis mucha oposición para llevar a cabo estas actuaciones?A.Y.J. La campaña actual armas de ahora ha sido financiada por la AECID. Tenemos apoyo, ahora es el momento. La gente está muy enfadadaNuestros informes son incluso moderados porque lo más importante es tener datos. En el momento que Santander iba a financiar un megaproyecto hidroeléctrico en Brasil, el cual iba a desplazar a 5.000 personas desafiando una ley convenios internacionales, todo lo que se pueda imaginar y más, cogimos los datos mas contrastables. Hay cosas que no sabemos, porque nos cuesta mucho, no solo en cuanto al tiempo, sino dinero.P. ¿Con qué argumentos se defenderían si estuvieran aquí?J.C. Yo creo que dirían que es mentira, que es incorrecto. De hecho, lo único que les molesta es decirles que han dado créditos. Las acciones, bonos, pagarés, no. Dicen que los clientes se lo piden. Y les ofrecen fondos de inversión donde están las empresas de armamento, entre las que destacan las peores del mundo. A esto no le dan importancia, y es algo a lo que hay que denunciar porque es tan importante como lo otro. La diferencia es que los créditos son directos.A.Y.J Ellos dicen “prestamos ya”. La información es el único medio que tenemos para ponerles en evidencia antes las mentiras que nos cuentan. La única baza que tenemos contra ellos es provocar un riesgo en su reputación. Una semana antes de la junta de accionistas tuvimos la última reunión con el Banco Santander. Saben que vamos a estar y se sentaron con nosotros, pero la reunión fue surrealista. Hablaban sobre las buenísimas cosas que están haciendo y dijeron la información nuestra era falsa. Yo pregunté por qué era falsa. Entonces recularon y dijeron que era cierta en algunos aspectos. Sin embargo, les habíamos enviado el informe antes de hacerlo público. No hubo ninguna respuesta porque están muy manchados. En cambio, dedican muchísimo dinero a hablar de su fundación, de sus programas de microcréditos, del trabajo que hacen con las universidades, etc. No tienen claro qué es la RSC. Incorporan las universidades, cuando en realidad esto es un campo del que sacan clientes ya que tienen la obligación de abrir una cuenta en el Santander.P. ¿Cuáles son los motivos por los que se hace RSC?J.C. Mi visión es que se hace por imagen. El Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) es especialista en RSC y su conclusión, después de estudiar las actuaciones de las empresas, es que cuanto más grande es el departamento de RSC, más grande es el daño que hacen: es para compensar esa mala imagen. Alguien habrá de buena fe, pero creo que en las multinacionales es muy raro que actúen de buena fe ya que el entorno es competitivo y tienen que maximizar beneficios. Yo no confío en los departamentos. Mi experiencia en la relación con ellos ha sido muy falsa. No tienen ningún interés en mejorar nada. Pero entre los accionistas hay de todo. Digo yo que haya gente que dirá: “Bueno, podemos ganar un poco menos y sentirnos un poco mejor”.A.Y.J Hay que llevar una labor crítica porque hay mucha desinformación, mucha publicidad engañosa, y muchas cosas son contradictorias. Hay que redefinir el concepto de RSC.P. En todo este entramado, ¿qué papel juega el Estado en la producción de armas?J.C. Puede limitarlo por ley, es la única manera, porque las empresas no lo harán. Bélgica tiene por ley limitada la financiación de bastantes armas; Noruega también. Cuando se hacen viajes al exterior con empresarios van las empresas españolas de armas.
Este fin de semana volvieron a estar de actualidad porque el viernes se celebró en la capital cántabra la Junta anual de Accionistas del Banco Santander. Y allí estaban Annie Yumi Joh, responsable de la campaña de Setem, y Jordi Calvo, de Justicia i Pau, para intervenir. Se declaran nerviosos (“Hablar delante de gente tan importante impone”, confiesa Jordi) y sin embargo no les tiembla la voz cuando, “exigen” a Emilio Botín que cambie políticas en su Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
También cobraron más notoriedad porque en la misma Junta de accionariado intervinó uno de los miembros en nombre del movimiento del 15M.
La financiación, ya sea por vía participativa o crediticia en la industria armamentística, o la construcción de infraestructuras de dudoso impacto ambiental, es donde centran todas sus fuerzas para hacer llegar su mensaje a la sociedad.
Periodismohumano. ¿Cuál es el impacto de vuestras acciones?
Annie Yumi Joh. Pueden funcionar, pero no es fácil analizarlo como la única acción que lleva a un resultado. Hay muchas acciones complementarias con el apoyo de la ciudadanía en torno a una campaña. Lo que hacemos es una manera de pedir una respuesta concreta ante el presidente del consejo de administración. Si no fuera a través de este foro, difícilmente podríamos contactar con ellos.
P. ¿Les afecta que intervengáis en una Junta de Accionistas?
Jordi Calvo. Yo creo que sí. No es que vayan a cambiar, porque te hacen muy poco caso. Pero si lo vas repitiendo y tienes el apoyo de una campaña, les fastidia mucho ver su nombre, sus colores…
P. Por ejemplo en las dos páginas Web de la campaña sin armas… ¿No tuvisteis problemas para utilizar sus nombres?
J.C. Cuando sacamos la página web del Santander, la bloquearon. Con el BBVA, se nota que les fastidia ponerlos en la diana. Se trata de molestar, notar que no pueden hacer lo que quieran, que hay alguien que los está mirando, vigilando y denunciando.
A.Y.J. La excusa que pusieron cuando se quedó bloqueada la página del Santander fue que tenían un mecanismo automático que detectaba su nombre o su logo. Era un sistema de seguridad. En teoría decían que podíamos utilizar su nombre y coger datos de la personas en nombre del Banco Santander. Si miras la página web está claro que no buscamos clientes…
P. ¿Llega la campaña a la sociedad?
A.Y.J. En la campaña Banca Limpia [la actual] hicimos un ejercicio de comunicación importante porque antes de lanzarla no queríamos repetir otra campaña de armas, que ya habían existido bastantes. Queríamos que llegara a la gran mayoría de la sociedad, no solo a la gente ya sensibilizada. Gente que en otros momentos no le llegarían esos mensajes. Definimos una imagen más fácil volviendo a recobrar nuestro mensaje, con dibujo y mensajes muy claros siempre fundamentados n una investigación. Desde que lanzamos la página tenemos 8.000 visitas únicas diarias.
P. Pero quienes participan en la campaña no dejan de ser minoría.
J.C. Somos una minoría quienes lo hacemos, pero creo son mayoría quienes lo piensan.
En este caso es peor todavía que en cualquier campaña ya que los bancos grandes están presentes en todos los medios. Hablar mal de ellos debe estar prohibido por el editor. Yo creo que hay periodistas a quienes les gusta lo que hacemos y lo miran, pero no les dejan publicar la noticia. Recuerdo que hablando de la campaña en Galicia en una radio nos dijeron que hablásemos del tema pero que no diéramos los nombres de las empresas.
A.Y.J. Llevamos control de las visitas y hay una gran cantidad de personas que han accedido a nuestras notas de prensa. Mucha gente nos ha llamado diciendo que le interesaba mucho la información pero que no podían hacer absolutamente nada.
P. La información que lanzáis en intervenciones y recogen los informes contienen todos los detalles: nombres de empresas, datos, fechas, relaciones, tipos de armas, participaciones, etc. Eso os otorgará mayor credibilidad.
A.Y.J. Claro. Sin información fiable, cointrastada, no hay nada que hacer.
J.C. Es mejor decir algo concreto y sobre todo si hablar de bombas que tienen peor fama. Hay algún logro, aunque no será del todo por la campaña, en relación a armas prohibidas, como las bombas de racimo. Los bancos están limitando sus inversiones en eso. Es muy puntual, en algún tipo de armas, pero es un inicio.
P. ¿Cómo conseguís los datos?
J.C. El acceso a información más fácil que tenemos es el gratuito. Nos cuesta más localizar exportaciones o créditos: esa información que hay que pagarla para acceder a las bases de datos. Puntualmente salen informes. Pero lo que podemos hacer cada día es tener acceso al registro mercantil, a la CNMV, a algunas bases de datos gratuitas de universidades, y sacamos quién tiene acciones. Eso es tan escandaloso como conceder créditos. En este entramado de empresas [que tienen acciones en la industria armamentística] están implicadas prácticamente todas las cajas de ahorros autonómicas.
P. Tratáis temas realmente delicados. ¿Encontráis mucha oposición para llevar a cabo estas actuaciones?
A.Y.J. La campaña actual armas de ahora ha sido financiada por la AECID. Tenemos apoyo, ahora es el momento. La gente está muy enfadada
Nuestros informes son incluso moderados porque lo más importante es tener datos. En el momento que Santander iba a financiar un megaproyecto hidroeléctrico en Brasil, el cual iba a desplazar a 5.000 personas desafiando una ley convenios internacionales, todo lo que se pueda imaginar y más, cogimos los datos mas contrastables. Hay cosas que no sabemos, porque nos cuesta mucho, no solo en cuanto al tiempo, sino dinero.
P. ¿Con qué argumentos se defenderían si estuvieran aquí?
J.C. Yo creo que dirían que es mentira, que es incorrecto. De hecho, lo único que les molesta es decirles que han dado créditos. Las acciones, bonos, pagarés, no. Dicen que los clientes se lo piden. Y les ofrecen fondos de inversión donde están las empresas de armamento, entre las que destacan las peores del mundo. A esto no le dan importancia, y es algo a lo que hay que denunciar porque es tan importante como lo otro. La diferencia es que los créditos son directos.
A.Y.J Ellos dicen “prestamos ya”. La información es el único medio que tenemos para ponerles en evidencia antes las mentiras que nos cuentan. La única baza que tenemos contra ellos es provocar un riesgo en su reputación. Una semana antes de la junta de accionistas tuvimos la última reunión con el Banco Santander. Saben que vamos a estar y se sentaron con nosotros, pero la reunión fue surrealista. Hablaban sobre las buenísimas cosas que están haciendo y dijeron la información nuestra era falsa. Yo pregunté por qué era falsa. Entonces recularon y dijeron que era cierta en algunos aspectos. Sin embargo, les habíamos enviado el informe antes de hacerlo público. No hubo ninguna respuesta porque están muy manchados. En cambio, dedican muchísimo dinero a hablar de su fundación, de sus programas de microcréditos, del trabajo que hacen con las universidades, etc. No tienen claro qué es la RSC. Incorporan las universidades, cuando en realidad esto es un campo del que sacan clientes ya que tienen la obligación de abrir una cuenta en el Santander.
P. ¿Cuáles son los motivos por los que se hace RSC?
J.C. Mi visión es que se hace por imagen. El Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) es especialista en RSC y su conclusión, después de estudiar las actuaciones de las empresas, es que cuanto más grande es el departamento de RSC, más grande es el daño que hacen: es para compensar esa mala imagen. Alguien habrá de buena fe, pero creo que en las multinacionales es muy raro que actúen de buena fe ya que el entorno es competitivo y tienen que maximizar beneficios. Yo no confío en los departamentos. Mi experiencia en la relación con ellos ha sido muy falsa. No tienen ningún interés en mejorar nada. Pero entre los accionistas hay de todo. Digo yo que haya gente que dirá: “Bueno, podemos ganar un poco menos y sentirnos un poco mejor”.
A.Y.J Hay que llevar una labor crítica porque hay mucha desinformación, mucha publicidad engañosa, y muchas cosas son contradictorias. Hay que redefinir el concepto de RSC.
P. En todo este entramado, ¿qué papel juega el Estado en la producción de armas?
J.C. Puede limitarlo por ley, es la única manera, porque las empresas no lo harán. Bélgica tiene por ley limitada la financiación de bastantes armas; Noruega también. Cuando se hacen viajes al exterior con empresarios van las empresas españolas de armas.
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