Un político, un sueldo... marcado por ley
Este fin de semana, mientras el PP celebraba antes de tiempo la victoria electoral del 20N, el 'candidato Alfredo' nos regalaba nuevas propuestas para "revisar la estructura del Estado". Para encabezar estas propuestas, una idea fuerza: "Un político, un sueldo". Rubalcaba sabe que esos mensajes calan, sobre todo entre los indignados, donde como en todo, hay creyentesy practicantes. Ustedes ya me entienden.
Profundizando en esa idea, el candidato socialista se quedó corto, muy corto. Porque la cuestión para atajar los sueldos escandalosos de los políticos no sólo es necesario limitar el número de nóminas que reciben, sino la nómina en sí misma. Dado que los políticos con cargo público son empleados del Estado, su sueldo debería estar determinado por ley, pero eso no va incluido en el 'paquete Rubalcaba'.
¿Por qué no establecer por ley que un alcalde de una población de entra 1.000 y 10.000 habitantes gane X y otro de entre 10.001 y 50.000 habitantes gane Y? Lo mismo con presidentes autonómicos y, por supuesto, el mismo sueldo para cualquier senador o cualquier diputado. Eso sí, buenas nóminas, porque ya decía Aristóteles -que como saben, estaba hecho un perroflauta, con todo lo positivo del término- que los sueldos de los políticos han de ser jugosos, pues son dados a loa corrupción y si encina ganan poco puede ser el acabose.
¿Y a qué nos lleva esta reflexión? A que si el 'candidato Alfredo' quiere si quiere refundar a esa izquierda socialista esclerótica, si quiere seguir haciendo guiños al 15M y a los indignados, los haga como es debido y de manera creíble. De otro modo, seguirá cosechando los que ya apuntan como los peores resultados electorales en la historia del PSOE, peor aún que la debacle vivida por Almunia.
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