Un ´indignado´ de Russafa le regala un traje a Betoret en la calle
Pau, de 46 años, se bajó de su casa con un traje para entregárselo al exjefe de protocolo de Turismo condenado por cohecho pasivo impropio en el caso Gürtel
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L. DEL CANTO, VALENCIA La indignación y el cabreo tienen muchas maneras de manifestarse. Un vecino del barrio de Russafa abordó la semana pasada a Rafael Betoret para hacerle entrega de un traje. El ex jefe de gabinete de la Conselleria de Turismo está condenado por cohecho impropio pasivo por haber aceptado, entre otras prebendas, trajes de los cabecillas de la trama Gürtel.
Esta anónima protesta de un ciudadano de a pie fue fruto de la casualidad. Pau, vecino del barrio de 46 años, se encaminaba a su casa cuando identificó al que fuera jefe de Protocolo de la Diputación de Valencia tomando algo en una terraza de la zona. «Me fui a casa mosqueado. El tío estaba de fiesta y yo estoy, más que en el paro, en la ruina», recuerda todavía cabreado.
Indignado, llamó a una amiga con cámara de vídeo y juntos bajaron a grabar cómo le hacían entrega de un traje. En el vídeo, distribuido estos días por redes sociales, se puede ver cómo le regala el traje: «Con mucho cariño de los indignados», le dijo al exjefe de protocolo mientras le acercaba el traje, color beige, colgando todavía de la percha del armario del que terminaba de sacarlo.
Betoret responde a la provocación con una irónica carcajada y contemplando el traje le reprocha «qué mala leche tenéis». Ante la comprometida situación, las personas que le acompañaban intervienen con sorna. «Dámelo a mí, que yo no tengo traje», dice la mujer sentada a su derecha, mientras otro de los presentes le pregunta «¿Me lo puedo quedar yo?». Los quince segundos que dura el vídeo terminan con el ex alto cargo del Partido Popular diciendo «la verdad es que es como una grosería de un absurdo indignado», mientras uno de ellos pone el traje a buen recaudo sobre una silla.
El traje, que tiene más de veinte años, sirvió a este valenciano en paro para manifestar su descontento con la clase política actual. «En vez de montarle un pollo o insultarle en mitad de la calle, se me ocurrió sacarle los colores delante de todo el mundo y por eso lo hice», defiende.
Pau se identificó como un «indignado» y se considera parte del movimiento del 15M, aunque como todos sus integrantes no se siente portavoz de nadie: «He estado en el 15M desde el principio y trato de ser positivo».
El Tribunal Superior de Justicia aceptó la declaración de culpabilidad presentada por Rafael Betoret y el exvicepresidente del Consell, Víctor Campos, por un delito de cohecho impropio pasivo cometido al aceptar regalos de la trama Gürtel. El pasado 16 de septiembre el tribunal los condeno a una multa de 9.600 euros y la devolución de las prendas recibidas o el pago de las mismas.
Esta anónima protesta de un ciudadano de a pie fue fruto de la casualidad. Pau, vecino del barrio de 46 años, se encaminaba a su casa cuando identificó al que fuera jefe de Protocolo de la Diputación de Valencia tomando algo en una terraza de la zona. «Me fui a casa mosqueado. El tío estaba de fiesta y yo estoy, más que en el paro, en la ruina», recuerda todavía cabreado.
Indignado, llamó a una amiga con cámara de vídeo y juntos bajaron a grabar cómo le hacían entrega de un traje. En el vídeo, distribuido estos días por redes sociales, se puede ver cómo le regala el traje: «Con mucho cariño de los indignados», le dijo al exjefe de protocolo mientras le acercaba el traje, color beige, colgando todavía de la percha del armario del que terminaba de sacarlo.
Betoret responde a la provocación con una irónica carcajada y contemplando el traje le reprocha «qué mala leche tenéis». Ante la comprometida situación, las personas que le acompañaban intervienen con sorna. «Dámelo a mí, que yo no tengo traje», dice la mujer sentada a su derecha, mientras otro de los presentes le pregunta «¿Me lo puedo quedar yo?». Los quince segundos que dura el vídeo terminan con el ex alto cargo del Partido Popular diciendo «la verdad es que es como una grosería de un absurdo indignado», mientras uno de ellos pone el traje a buen recaudo sobre una silla.
El traje, que tiene más de veinte años, sirvió a este valenciano en paro para manifestar su descontento con la clase política actual. «En vez de montarle un pollo o insultarle en mitad de la calle, se me ocurrió sacarle los colores delante de todo el mundo y por eso lo hice», defiende.
Pau se identificó como un «indignado» y se considera parte del movimiento del 15M, aunque como todos sus integrantes no se siente portavoz de nadie: «He estado en el 15M desde el principio y trato de ser positivo».
El Tribunal Superior de Justicia aceptó la declaración de culpabilidad presentada por Rafael Betoret y el exvicepresidente del Consell, Víctor Campos, por un delito de cohecho impropio pasivo cometido al aceptar regalos de la trama Gürtel. El pasado 16 de septiembre el tribunal los condeno a una multa de 9.600 euros y la devolución de las prendas recibidas o el pago de las mismas.
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