El riesgo de dibujar países

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viernes 23 de septiembre de 2011

Hoy el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás ha presentado ante Ban Ki-moon y el resto de las Naciones Unidas la solicitud de adhesión de Palestina como estado número 194 de la organización. El que Palestina cuente con un reconocimiento internacional es importante para sus ciudadanos ya que a partir de este momento tendrían las riendas del destino de su país. Sin embargo, el que esta solicitud llegara a buen puerto frenaría por completo la política colonialista que Israel mantiene en la actualidad, y es por ello que el gobierno israelí, a través del vicepresidente israelí de Asuntos Exteriores, Danny Ayalon, ya comenzó en julio una campaña vía YouTube para convencer al mundopara que no reconozca al estado palestino. En el vídeo el vicepresidente se basa en cuestiones jurídicas e históricas totalmente veraces, como el reconocimiento británico a los asentamientos judíos o el comienzo de las hostilidades que darían lugar a la Guerra Árabe-Israelí de 1948 por parte de los países árabes, pero que omiten la desconsideración que todos estos hechos tuvieron de los habitantes árabes que vivían en esos territorios antes de la creación del estado israelí.
El conflicto ya cuenta con más de medio siglo de antigüedad y es de difícil resolución. Existen demasiadas variables y diversos puntos de vista. Los territorios siempre deben pertenecer a las personas que los habitan, pero tras la imposición a los habitantes árabes del Mandato Británico de Palestina del nuevo estado israelí en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, como compensación a los judíos por sufrir el holocausto, se creó un problema que perdura hasta la actualidad. Siguiendo la doctrina de los líderes de la Conferencia de Postdam, la ONU decidió en 1947 dibujar fronteras artificiales y realizó la partición de Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe. Además tras las hostilidades árabes e israelíes, los segundos consiguieron aumentar sus fronteras hasta las actualmente reconocidas internacionalmente. Unas fronteras que deben ser la base para una negociación de paz y estabilización de la región.

Por tanto, aunque soy contrario al movimiento sionista, ya que no creo que haya que dividir a la población en países según su credo religioso, después de más de sesenta años de asentamiento judío tampoco es factible la expulsión de éstos ya que muchísimas personas ya no pertenecen a otro lugar del mundo que no sea Israel y esto es algo que los palestinos deben aceptar. Sin embargo creo la paz no llegará si no es de forma negociada y para una negociación justa los palestinos deben tener un estado propio y esto es algo que los israelíes también deben aceptar.