Sonrisas de Bombay

jueves, 22 de septiembre de 2011

LA VISITA DEL PAPA FUE UNA OFENSA Y UN INSULTO A LOS MARGINADOS

jueves 22 de septiembre de 2011

LA VISITA DEL PAPA FUE UNA OFENSA Y UN INSULTO A LOS MARGINADOS


Lazarillo

Lo dice mi apreciado Juan José Tamayo, licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas y doctor en Teología por la Universidad de Salamanca, que ayer intervino en Gijón en el VI Congreso Mundial de Bioética, donde se habló de la contribución de las religiones en defensa de los bienes comunes de la Tierra y la Humanidad. En relación con los primeros, Tamayo asegura en una entrevista que hoy publica el diario La Nueva España que a lo largo de la historia las religiones se han llevado casi siempre mal con el medio ambiente, al que no han respetado. Lógicamente, las relaciones de la bioética con los avances de las ciencias de la vida son relaciones muy conflictivas porque como parten del principio de que Dios ha creado el mundo y que es dueño y señor de la vida, cualquier cambio, avance o progreso en ese término suele ser condenado apelando a ese principio dogmático. Para Tamayo es preciso escuchar ante todo a los científicos de la vida, a los biólogos, a los bioéticos y a los ecólogos, porque las escrituras sagradas no son libros de ciencia ni tienen las fórmulas para resolver los graves problemas de hoy. En segundo lugar, deberían valorarse y reconocerse, críticamente, todos los avances y descubrimientos; de manera especial aquellos que tienden a mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables. Protegiendo los derechos de la Naturaleza estamos protegiendo al ser humano, afirma. Respecto a cierto avances científicos relacionados con la vida como la fecundación in vitro, el teólogo no ve razón para oponerse a formas de nacimiento que facilitan la vida y dan esperanza a matrimonios y a parejas que desde el punto de vista natural tienen cerrado ese acceso. Yo pienso que la Naturaleza tiene que ser algo en transformación y en ese sentido hay que tender a esto también desde las religiones: a valorar favorablemente los avances, pero desde una actitud vigilante. El límite esta en la libertad del ser humano. Cualquier progreso científico-técnico que limite la libertad y que genere personas o seres en serie resultaría totalmente condenable porque la libertad es un componente fundamental de la persona y, perdida la libertad, el mundo se convierte en una gran dictadura. Otro de los límites es la dignidad de la persona, esto es, no permitir que se hagan con ella experimentos que atenten contra lo más sagrado del ser humano: el control de la conciencia. Todo avance que suponga no respetar la conciencia o imponer la uniformidad en la manera de pensar y de actuar, ciertamente, tiene que ser condenable. A la pregunta de si los estados laicos son más democráticos, Juan José Tamayo considera que el laicismo es una condición necesaria para que haya democracia. Creo que se da una total incompatibilidad entre un Estado confesional y un Estado democrático, porque un Estado confesional no respeta el principio de igualdad y libertad al privilegiar unas religiones sobre otras, mientras que los estados democráticos realmente tienen como condición necesaria y fundamental que sean neutrales desde el punto de vista religioso. Finalmente, en referencia a los costes de la visita papal del pasado mes de agosto a España, cree que son una ofensa y un insulto cuando en España están bajando los sueldos de los funcionarios, reduciendo el personal docente, cuando nos encontramos con un desempleo que llega casi a cinco millones de personas, y que por no poder pagar las hipotecas a los inmigrantes les quitan la casa, resulta que viene el Papa y hay un despliegue de apoyo económico total. Es inaceptable, por eso yo apoyo todas esas voces que han dicho que donde debía estar el Papa era en Somalia y en Kenia. Su presencia sería un gesto simbólico muy importante de solidaridad con esos pueblos. La de España era una visita innecesaria que ha demostrado insensibilidad total de la jerarquía hacia las situaciones de marginación y hacia la crisis económica.

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