Sonrisas de Bombay

viernes, 9 de septiembre de 2011

La maltrecha educación pública de Madrid, aplastada por la ultracatólica Lucía Figar

 Retazo del blog: http://www.desalmado.blogspot.com/

Cuelga una amiga en su muro un enlace de un blog en él que se puede contemplar como la Consejera de Educación, Lucía Figar, larga en el "Meeting de Rimini", encuentro anual organizado por la organización ultracatólica Comunión y Liberación, lo siguiente:

Lucía Figar: “Yo quisiera solo subrayar algunos aspectos importantes. Quisiera subrayar el factor común de todas las iniciativas, las reformas que hemos llevado a cabo, es decir, intentar ampliar los espacios de libertad o de aumentar las libertades educativas en nuestra región.

En primer lugar, hemos elegido mejorar el panorama de la educación en centros de gestión privada con fondos públicos, ampliar la oferta de plazas en las estructuras de este tipo dentro de la Comunidad de Madrid. Estos centros están sostenidos con el dinero público, con fondos de los gobiernos regionales, pero tienen gestión privada y por tanto tienen titularidad privada y son gestionados de modo privado. Nosotros hemos aumentado las plazas escolares ofreciendo estas plazas a centros que funcionaban como centros privados al 100%, en los que los padres tenían que afrontar el 100% de los gastos; hemos acogido también a nuevos centros que tenían algunas dificultades dentro del programa de centros concertados y desde hace 7 años hemos ofrecido ámbitos públicos, regionales o de ayuntamiento, lugares públicos para que cooperativas, centros religiosos,… puedan llevar adelante sus propios proyectos educativos con la ayuda y el soporte de los fondos públicos.
El problema también del lugar, del terreno, es un problema grave en España. Era un gran problema y nosotros hemos ofrecido estos lugares gratuitamente a organizaciones religiosas, cooperativas y otras estructuras para que crearan centros sostenidos con fondos públicos pero con gestión privada. Esto indica que en los últimos 6 años hemos abierto 79 centros nuevos de este tipo en la Comunidad de Madrid y hoy en día la proporción entre escuela pública, concertada y privada es esta: la escuela pública representa el 52% en nuestra región, la Comunidad de Madrid, la escuela concertada el 33% y la escuela al 100% completamente privada cerca del 15%.
Dentro de estos centros, entre comillas, “concertados”, más de 2/3 ofrecen educación católica. Comunión y Liberación gestiona dos centros; C.L. gestiona 2 centros, por lo tanto yo pienso que estos dos centros pueden ser más en futuro obviamente, no sólo quedarse en dos “(aplausos).
(Lucía Figar)”La escuela católica ha sido ejemplar en el responder a muchas demandas de los padres y, además, la escuela católica ha sido ejemplar a la hora de afrontar la disminución del número de sacerdotes en las escuelas. Es ya realidad, no solo una promesa, poder observar la eficacia con la que profesores laicos están asumiendo proyectos educativos de la escuela católica. La Iglesia en España ha hecho grandes esfuerzos con el fin e formar docentes laicos que asumen su encargo identificándose plenamente con el carisma y el ideal de las instituciones religiosas respectivas. Son responsables del proyecto educativo. Se ha visto un esfuerzo material, espiritual y personal de muchas religiosas y religiosos de la Iglesia católica, de las escuelas católicas en general; esto nos ha permitido en esta fase de expansión de centros concertados en España que muchos de los proyectos nuevos estén en manos de religiosos laicos y que muchos más niños puedan recibir la educación católica en nuestra región.”

 
Como se puede comprobar la colega no tenía ningún empacho en reconocer que dinero y terrenos de todos han pasado a disposición privada por el artículo 1, porque me da la gana. Es decir, se ha regalado, de manera interesada, algo de todos a unos pocos, sin otro motivo que .... Sin motivo alguno.
Eso sí, esta misma Consejería no tiene ningún empacho en recortar 80 millones de euros en gasto de personal docente, en profesores, empeorando la calidad de la educación pública, esa que parece no defender mucho, según se desprende de las palabras de la tal Lucía Figar. Prueba de ello, de la poca estima que tienen por la enseñanza pública son las nuevas deducciones, aprobadas para este curso, de las que disfrutarán familias pudientes que, de manera voluntaria, han optado por llevar a sus hijos a colegios privados. Dichas deducciones suponen un bocado de 90 millones de euros (10 millones más de lo que se pretende "ahorrar" no contratando a profesores totalmente necesarios). Noventa millones de euros del dinero de todos.
Si a todo ésto le añadimos que la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid dedica más, bastante más, dinero a las clases de religión, casi el triple, que a la educación bilingüe, (es curioso constatar que un alumno recibe, si las recibe, como máximo dos horas semanales de religión, en una sección bilingüe el número de horas que una alumno recibe en inglés es infinitamente superior a las horas que recibe de religión, siempre que se elija esa opción, por tanto este desequilibrio resulta aún más preocupante) no es difícil comprender cuales son las auténticas prioridades de los tipos que dirigen los destino educativos de los ciudadanos madrileños (es importante no confundir lo que venden como prioridades, por ejemplo el bilingüismo, con las prioridades reales, a que o quien destinan el dinero de todos).
Extrapolando el ejemplo de la educación en Madrid a lo que está pasando en nuestro país parece que podemos obtener una serie de conclusiones sobre lo que está ocurriendo en realidad:
La privatización de lo público, especialmente de lo social, se hace a costa de todos, pero quienes lo sufren más descarnadamente son los ciudadanos menos pudientes.
Las privatizaciones, en líneas generales, consisten en dar, o vender a bajo precio, lo que es de todos a los elegidos por el poder político.
En lo que respecta a servicios sociales, en otros ámbitos también, la empresa privada no es tan eficiente como nos quieren hacer creer, por eso debe recibir dinero público, que nos quitan de otros servicios, para que funcionen.
La empresa privada, en lo que respecta a los servicios sociales (véase el caso tratado o el de la sanidad, existen estudios muy curiosos al respecto) en realidad no puede competir con la pública, sus costes son mayores, por lo que necesitan eliminar a la competencia, lo público.
Sí que hay dinero para servicios sociales, como lo demuestra que las subvenciones a padres que lleven a sus hijos a la privada son mayores que el dinero que necesita la enseñanza pública, cuyos resultados según el informe PISA no son ni mejores ni peores que los de la enseñanza privada, pero interesa hacer creer que no hay fondos y que todo lo privado es más económico y eficiente.
Tras las privatizaciones siempre, a medio plazo, se producen subidas en los servicios. Tal vez el caso más patético fue el de la electricidad en EE.UU., donde Enron simulaba cortes por falta de capacidad para encarecer el producto.
Se dedica mucho dinero a propagar la falsa idea de que lo público es peor que lo privado. Los medios de comunicación afines, alguno pagado con dinero público, por ejemplo Telemadrid, así como la propia Comunidad, que destinará este año 111 millones de euros a publicidad institucional. Lo gracioso es que una buena parte de ese dinero: Telemadrid y la publicidad institucional se detrae, por ejemplo, de los servicios sociales.

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