Sonrisas de Bombay

lunes, 26 de septiembre de 2011

España no es ejemplo de nada más que de criminalidad consumada

España no puede ser ningún ejemplo de democracia modélica

(Recojo este artículo que escribí el 13 de abril de 2010, un año antes del 15M)
Tanto ejemplo de democracia que dábamos con nuestra módelica transición. Ahora que ha pasado el tiempo empieza a salir a la luz las cosas que siempre hemos sabido: que todo fue fachada.
La transición española fue modélica porque se hizo un pacto de silencio y de impedimento de condenar a los criminales de guerra. Se silenciaron los campos de trabajo y extrerminio, los fusilamientos políticos, los enfrentamientos bélicos en los Pirineos, las fosas comunes, el apoyo de facto a Hitler (por ejemplo, vendiéndole wolframio), el movimiento de poblaciones enteras, la pobreza extrema causada por el señoritismo, el secuestro y reprogramación de niños vendidos a familias adeptas al régimen, el analfabetismo inculcado de la población, la opresión violenta a los hablantes de otras lenguas peninsulares que no fuera el castellano, enormes catástrofes naturales con cientos de muertos… tantas cosas que se ocultaron que da realmente vergüenza la historia reciente.
Y nos encontramos que ha pasado una generación desde la creación de este nuevo régimen adaptado del anterior. Que estamos integrados en la UE, que nos creemos modernísmos y que al fin parece que hay alguien en la judicatura a quien le parece que ya ha pasado un tiempo extremadamente prudentísimo para aceptar la realidad de los hechos. Pero no, la mierda de siempre tiene todavía el suficiente poder para llevar a juicio al único juez con las ganas para esclarecer las cosas. En Sudamérica sí pueden condenar en persona a los criminales; en España se murieron en sus camas de viejos. Y aún así no hay forma…
Repito, es una auténtica vergüenza. Y que tomen nota y no se dejen engañar con nuestra apariencia las gentes de otros países: España no es ejemplo de nada más que de criminalidad consumada. Y eso, por ejemplo lo saben los dictadores árabes que viven aquí de fábula con los millones ensangrentados del petróleo, o los mafiosos italianos que llaman a la costa mediterránea “la costa nostra“.
Creo que ya es hora de que las generaciones más jóvenes empecemos a negarnos a continuar con esta farsa. Mañana es 14 de abril y muchos recordarán la efímera II República Española. Quizás en vez de recordad pasados mistificados, podríamos de una vez comenzar a diseñar un futuro país donde la injusticia social sea una frase escrita en los libros de historia. No lo dejemos para la generación siguiente.

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