http://emancipacionblog.blogspot.com/2011/08/dios-rogando-y-con-la-porr a-dando.html
Triste, lamentable, vergonzoso, abominable, me faltan las palabras para describir lo que está pasando estos días en España, lo que pasó justo ayer en Madrid. En cualquier caso, es inaceptable.
Esta semana he podido ver como esa "España de charanga y pandereta, de cerrado y sacristía" salía a las calles. Nos hicieron creer que se había ido, pero seguía ahí, en el poder. A lo largo de esta semana he visto como esa España volvía a machacar y a hundir a esa otra España de la rabia y de la idea. Y siento rabia, humillación e impotencia.
Nos prometieron, tras treinta años de nacional-catolicismo, un estado aconfesional. Y sin embargo seguimos gastando cada año cantidades millonarias en la Iglesia católica. Seguimos financiando las visitas de su líder. Ésta vez, con 25 millones del ala. Seguimos viendo como nuestros dirigentes besan su anillo y hacen genuflexiones en representación de todos los españoles ante los líderes de esa secta fundamentalista, homófoba, misógina y violenta.
Mientras el heredero de Franco nos vende verticalismo en las relaciones empresariales en su discurso y alega que la crisis es producto de una crisis moral, los líderes del PPSOE compiten por ver quien se humilla más ante la jerarquía católica. El PP, que dice ser liberal, defendiendo el clericalismo (inmersión de la iglesia en lo público) el PSOE, que dice ser socialista, se agacha más que nadie ante los santos príncipes de la iglesia.
Vergüenza y humillación. Ayer llegué al punto de no creérmelo. Se que el gobierno gobierna para quien gobierna y que, como bien dijo Marx, mantiene a la iglesia por ser ésta el opio del pueblo. Pero jamás imaginé que pudiera hacerlo de una forma tan descarada y contundente.
Ayer 20.000 personas se manifestaron en Madrid contra esta violación de la laicidad de lo público, ante esta invasión que realiza la iglesia impunemente y con la complicidad del gobierno. La manifestación era legal, la ruta estaba clara. Sin embargo, los piquetes de las JMJ acudieron a reventarla.
No les bastaba con haber dado un navajazo unos días antes a un hombre que protestaba por la laicidad de la sociedad, no les bastaba con haber planeado gasear y quemar a los "maricones" de la manifestación, allí fueron. A insultar, a agredir, a provocar. Protegidos por la policía. ¿Qué se puede esperar de unas jornadas que organizan algunos de los principales grupos de extrema derecha? Ahí estaban, con sus banderas franquistas, en defensa del Dios, la Patria y el Rey. Los ánimos se caldearon, la policía escoltó a los piquetes del Papa fuera de la plaza, para justo después cargar de forma vil y agresiva contra los manifestantes. Once heridos, ocho detenidos. Terrible, indignante fue verlo en directo.
Ayer, llevar una mochila y una camiseta de las JMJ garantizaba más derechos que el DNI, siendo como escoltaba la policía a los peregrinos por Sol mientras a personas ajenas a la manifestación que querían acceder a sus viviendas se las identificaba y registraba.
Ni a los periodistas se les respetó, cuando enseñaban su carnet de prensa se les decía que "esa mierda no valía nada" y se les amenazaba con agredirles. Tal y como hicieron con la periodista Patricia Horrillo, que pudo grabar como un antidistubios, uno de esos porteros de discoteca armados hasta los dientes, la detenía sin motivo alguno. Dejo el vídeo, haced el favor de difundirlo, que youtube, buen amigo de los poderosos, ha bloqueado durante un buen rato el cuentavisitas.
También contamos con la crónica personal de la periodista Lidia Ucher, humillada y maltratada por la policía: http://lidiaucher.blogspot.com/2011/08/los-palos-gratis-de-la-poli.htm l
Por suerte, siempre hay gente alerta, Anonymous no tardó en activar la operación #Opfariseo y tirar la web de las JMJ, además de hackear la pagina web oficial del Papa, insertando un vídeo crítico con la jerarquía de la secta católica.
Socialista... ¿Quién? Y ahora algunos medios, como el diario generalista "El Mundo" mienten como bellacos, o ocultan la realidad. Llaman a los manifestantes "Antipapas". Muchos estamos hartos de repetir que la manifestación no era en contra del catolicismo, ni siquiera de la visita, la manifestación era en contra de la financiación pública de dicha visita.
Otros dicen: pero es que los "antipapas" también insultaron. Por supuesto, ¿Qué narices pretendes que pase si mandas piquetes violentos a reventar una manifestación legal y pacífica? La gente tiene su paciencia y ayer la rebasaron.
Pero es que se le está recibiendo, es un jefe de estado. A ningún jefe de estado o líder religioso se le hace tal despliegue. De todas formas me gustaría recordar que Ciudad del Vaticano es un estado absolutista y totalitario, que no a firmado la declaración universal de los derechos humanos. Un anacronismo más propio de la edad media que de la Europa que suelen vendernos como "moderna y democrática". Pero bueno, España tiene ya experiencia en mantener anacronismos y dictadores (o puestos designados por dictadores) en el poder.
Hombres con armadura defendiendo los intereses de clérigos y privilegiados. ¿A alguien le suena? Ocurría en el medievo y sigue ocurriendo.
Telediarios de la televisión pública que más que informar hacen propaganda.
Los grises de Franco solo se vistieron de azul, pero todo sigue "atado y bien atado".
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Expectativas
Benedicto XVI no defraudó ayer... al menos las expectativas. Cumplió a la perfección con su papel pues arremetió en su discurso contra el aborto, la eutanasia e, incluso, contra la reproducción asistida. Puede gustar o no, parecer una atrocidad o no, pero nadie puede decir que le sorprenda. Hizo lo que se esperaba de él, ni más, ni menos. Cumplió con las expectativas.
Lo triste de ayer es que la Policía Nacional también lo hizo. Comienza a ser una desagradable costumbre cargar indiscriminadamente y de manera injustificada contra los ciudadanos. Ayer, incluso, sólo dejaron pasar a Sol a los que acudían a la concentración para asegurarse de no dar palos a nadie más. Es lamentable, es triste, muy triste, ver que la Policía Nacional cumple con las expectativas: actuar como una fuerza policial digna del más duro régimen dictatorial. Los vídeos y crónicas de periodistas que inundan Internet así lo demuestran.
Son muy crudos los testimonios de quienes ayer vivieron la carga policial de Sol. Como son crudos los testimonios de las detenciones del día anterior o el vídeo que delata la sinrazón policial. En ellos se describe a agentes con serios problemas disciplinarios, abusando de su autoridad, humillando y golpeando sin motivo a quienes detienen, extendiendo este maltrato a la comisaría, más allá del calor y la tensión del desalojo -lo que denota su enfermiza actitud-... en suma, infringiendo la ley.
Y lo peor no es que lo hagan, que cumplan con las expectativas, sino que también las cumplan sus superiores, desde Delegación de Gobierno al propio Gobierno. ¿Es que nadie, a la luz de los terribles vídeos, de las denuncias de ciudadanos y medios de comunicación, va a hacer limpieza de una vez por todas en la Policía Nacional? Mientras no se haga, el Gobierno será cómplice y por tanto, se convertirá en un Estado represor. Y aún peor, los buenos agentes que cumplen con la ley, que son capaces de imponer el orden cuando así se precisa sin humillar, si apalear a inocentes, no contarán. Sencillamente, quedarán incluidos en el mismo saco de los violentos, de los enfermos que plasman sus frustraciones personales a golpe de porra. Serán el enemigo.
Lo triste de ayer es que la Policía Nacional también lo hizo. Comienza a ser una desagradable costumbre cargar indiscriminadamente y de manera injustificada contra los ciudadanos. Ayer, incluso, sólo dejaron pasar a Sol a los que acudían a la concentración para asegurarse de no dar palos a nadie más. Es lamentable, es triste, muy triste, ver que la Policía Nacional cumple con las expectativas: actuar como una fuerza policial digna del más duro régimen dictatorial. Los vídeos y crónicas de periodistas que inundan Internet así lo demuestran.
Son muy crudos los testimonios de quienes ayer vivieron la carga policial de Sol. Como son crudos los testimonios de las detenciones del día anterior o el vídeo que delata la sinrazón policial. En ellos se describe a agentes con serios problemas disciplinarios, abusando de su autoridad, humillando y golpeando sin motivo a quienes detienen, extendiendo este maltrato a la comisaría, más allá del calor y la tensión del desalojo -lo que denota su enfermiza actitud-... en suma, infringiendo la ley.
Y lo peor no es que lo hagan, que cumplan con las expectativas, sino que también las cumplan sus superiores, desde Delegación de Gobierno al propio Gobierno. ¿Es que nadie, a la luz de los terribles vídeos, de las denuncias de ciudadanos y medios de comunicación, va a hacer limpieza de una vez por todas en la Policía Nacional? Mientras no se haga, el Gobierno será cómplice y por tanto, se convertirá en un Estado represor. Y aún peor, los buenos agentes que cumplen con la ley, que son capaces de imponer el orden cuando así se precisa sin humillar, si apalear a inocentes, no contarán. Sencillamente, quedarán incluidos en el mismo saco de los violentos, de los enfermos que plasman sus frustraciones personales a golpe de porra. Serán el enemigo.
Ojalá no se cumplieran tantas expectativas.
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