Inés de Nicolás Galache
Os visitan, esto casi siempre es agradable, en esta ocasión no tanto.
Cuando viene de visita un jefe de estado de un país, suele venir a visitar a mandatarios, no se trae miles y miles de seguidores, de fans, que alteren toda la vida pública de un país.
Cuando viene de visita un jefe de estado, nunca, por poco diplomático que sea, arremete contra las leyes de ese estado, contra su propia Constitución, contra la realidad y las creencias más profundas de sus habitantes (de todos y todas).
Cuando viene de visita el líder de una de las religiones mayoritarias, pero una más al fin y al cabo, no tiene mucho sentido que se traiga como espectáculo mediático y de presión a jóvenes de todo el mundo. ESTE PAÍS ES UN ESTADO LAICO. Si quiere invitarlos, está en su derecho, pero a su costa, en su país, en el Vaticano.
Lo que no puede ser, lo que es a todas luces de una incorrección absoluta, es invitarlos a un país laico, donde se encuentran personas de todas las confesiones religiosas y sin ellas, invitarles pagando la cuenta los demás:
Nos cuesta 50 millones de euros, eso es el dinero reconocido, con toda seguridad es mucho más: Se abren todos los institutos públicos, laicos, para acoger a “peregrinos”; como si no tuvieran ya tal cantidad de iglesias y colegios católicos subvencionados por la Comunidad de Madrid donde caben más que de sobra. La iglesia católica vive de símbolos y desde su óptica es una forma de tomar, de ocupar espacios laicos, al coste que sea.
El marketing de la visita: se puede ver a simple vista en las calles de Madrid, es brutal. Espacios en el Corte Inglés donde se han creado lugares especiales de venta de elementos recordatorios de la visita del Papá. Camisetas, gorros, banderas… Desde luego muy bien montado y con muchísimo dinero de por medio.
Descuentos en transportes públicos a los que nunca podrán acceder los estudiantes con problemas, los ancianos, los parados… Tres días antes se sube el billete sencillo a 1´50 euros, pero cuidado, los “peregrinos” no lo van a pagar.
Se dice que esto va a favorecer el turismo en Madrid y que los beneficios van a ser mucho más grandes. Esto tiene un gran problema: El coste sale de nuestros impuestos, del dinero de todos los habitantes. El beneficio se lo llevan particulares, empresarios del sector turístico, etc. Sector donde se concentra la mayor parte del dinero negro de este país, luego, con mucha suerte, solo una parte absolutamente mínima volverá a las arcas comunes.
Siendo la parte económica muy complicada de tragar y más en momentos como los que estamos, es aún peor de tragar el coste moral de la visita:
Como alguien puede comprender un despilfarro tan absoluto solo para hacer un marketing monstruoso de una idea religiosa. Cómo puede compaginarse una religión con ese planteamiento de derroche, de hacer turismo la mayoría de niños “bien” del planeta – hace falta tener bastante dinero para este viaje - con la idea de ayuda, de colaboración, de solidaridad que mantienen en teoría y que siguen en la práctica muchos de los creyentes auténticos de esa misma religión y que nunca se ven apoyados por la Jerarquía que prefiere los saraos :”mirar que importantes somos, somos muchos luego somos la religión verdadera”. Como hacer casar, con que desvergüenza, el que el dinero gastado haría falta de forma absoluta para educación, servicios sociales… y que se ha gastado en un espectáculo de una religión privada, en una medida de fuerza, en un “aquí estamos”, “seguimos mandando, que os quede claro”. Como tragarse la falta de respeto a la totalidad de los habitantes cuando se gastan su dinero en una creencia personal que deben sufragar las personas que estén convencidas de ello.Por todo esto, estamos en contra del uso de nuestros impuestos en una visita de carácter privado. Estamos en contra de la injerencia en nuestras leyes, en nuestra Constitución, de un líder religioso que pertenece a otro estado.
Estamos en contra, en definitiva, de que a nuestra costa se invite a todos los jóvenes ricos de los países del Mundo a visitar Madrid saliéndoles barato el viaje. A que se usen los centros públicos, a que se bajen los billetes de transporte, a que se colonicen los balcones de oficinas y consejerías públicas con carteles confesionales de la religión católica.
¡No os vale ya con el dinero en subvenciones diversas que les concedéis, con la millonada de euros en centros católicos subvencionados, en centros de menores, en subvenciones de proyectos curiosísimos, que atentan contra las Leyes de este País!
¡No os vale ya con sacar todo ese dinero de los servicios de los que más lo necesitan y decir que no hay!
¿Seguro que sois católicos?
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Viaje Low-Cost con SuSan
http://yaeshoradehablar.blogspot.com/2011/08/viaje-low-cost-con-susan.html
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