Más sobre el Papa
Arturo Gonzalez
De este inminente viaje del Papa ya se pueden extraer algunas conclusiones:
1. Una consecuencia gravísima, de primera magnitud, es que agudiza enormemente la división entre los españoles en la cuestión religiosa, hasta el punto de convertirlos en irreconciliables. Es una provocación
2. Especialmente grave es la ruptura ideológica entre la juventud que oficialmente acude a estas jornadas y los jóvenes del 15-M.
3. El Estado español, con el Gobierno socialista a la cabeza, se rinde sin condiciones ante la fuerza de la Iglesia Católica. No es temerario prever la injerencia política en los asuntos de España y de su Parlamento.
4. Las molestias originadas a los ciudadanos de Madrid son evidentes y muy superiores a las que causaría, por ejemplo, la visita de Obama o de la Reina Isabel II del Reino Unido, y también Jefa de la Iglesia de Inglaterra.
5. La gran ausente es la ternura.
6. Es vergonzoso comprobar cómo se restringe la libertad de reunión y manifestación para expresar quejas y rechazo.
7. Deberían hacerse públicas las cuentas de ingresos y gastos al día siguiente, pero no se hará, aunque la parte más sustanciosa sea gasto público. Una vez más. El oscurantismo. También debería conocerse previamente el presupuesto, otra quimera.
8. Apuntala a la derecha política de España, por si aún no estuviese suficientemente apuntalada ante las próximas elecciones.
9. Ha venido a plantear problemas y a no arreglar ninguno.
10. España es el último reducto de la Iglesia Católica de la Europa desarrollada. Más que Italia.
11. Es humillante para España lo afirmado por el cardenal Cañizares de que “el problema de Europa no es la crisis económica, sino el olvido de Dios”. Si Benedicto XVI no lo desautoriza públicamente, también será aún más humillante para el pueblo español, con las estrecheces que está soportando.
Asimismo humillará gravemente a la juventud española si no desautoriza al cardenal Rouco por decir que “una parte muy considerable de la juventud española está con la moral y la ética bajo mínimos”. La moral y la ética de Rouco, claro.
Pero no hará ninguna de las dos cosas. Es más, los reforzará. Son los ciegos de Cristo.
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