Sonrisas de Bombay

miércoles, 3 de agosto de 2011

Los dirigentes católicos a favor de los poderosos y en contra del 15-M

Rouco dice que los jóvenes del 15-M tienen "sus vidas rotas"

El presidente de la Conferencia Episcopal cree que el materialismo y el desconocimiento de Cristo generan "fracaso, desconcierto y rebelión"

PÚBLICO.ES Madrid 21/06/2011 17:26 Actualizado: 21/06/2011 17:48

El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, ha asegurado hoy durante una eucaristía que "el olvido de la tradición cristiana [...] impacta sobre todo en los jóvenes, como estamos viendo estos días con el fenómeno del 15-M de la Puerta del Sol".
No es la primera vez que el arzobispo de Madrid ataca al 15-M, tal y como hizo a finales del mes pasado, cuando dijo que los problemas de los jóvenes no sólo tienen que ver con la situación política y económica sino "con lo más profundo, en su alma, su corazón".
En esta ocasión, Rouco los definió como "jóvenes que no conocen a dios, no conocen a Cristo", por lo que "se encuentran con sus vidas rotas, y si las soluciones temporales y materialistas no funcionan, como no están funcionando, el fracaso está servido, y la rebelión también, y el desconcierto todavía más".
El cardenal gallego ha abogado por "vivir nuestro sacerdocio dentro de la misión y el misterio de la Iglesia como ministros de ese momento en que el hijo de dios da la vida por el hombre" para, de esa manera, ser "eficaces en el servicio del hombre y de los jóvenes de nuestro tiempo".
Durante la homilía —que tuvo lugar en el monasterio madrileño de las oblatas, como señala Análisis Digital— también dijo que "el reconocimiento de que el hombre es pecador es que ya la palabra ha desaparecido del lenguaje habitual, coloquial, y consiguientemente, la sanación y la cura verdadera para el pecado ni se la huele".
- Consulta el especial Indignados, sobre el movimiento 15-M



Rouco, al 15-M: "Sus problemas tienen que ver con el alma"

El presidente de la Conferencia Episcopal dice que sus problemas no sólo tienen que ver con la situación política y económica sino "con lo más profundo, en su alma, su corazón"

JESÚS BASTANTE MADRID 26/05/2011 11:21 Actualizado: 27/05/2011 03:05

Los miles de indignados que desde hace diez días mantienen el movimiento 15-M tienen en realidad "problemas con su alma", según el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela. Durante su intervención ayer en el Foro de la Nueva Sociedad, el cardenal de Madrid asumió que "los problemas de los jóvenes tienen que ver con el trabajo, pero sobre todo con lo más profundo, con su alma, con su corazón". "Ahí es donde están los problemas más serios", remachó.
En un acto que tenía como único cometido convencer de los beneficios que "para la sociedad, la juventud y la Iglesia" españolas tendrá la futura Jornada Mundial de la Juventud, el único recuerdo del purpurado para el movimiento de los indignados viene "del examen de conciencia y de crecer en bondad de corazón". Para resolver los "problemas profundos", que son los del alma, en opinión de Rouco, "no hay que olvidar los horizontes últimos" y no sólo buscar "reformas jurídicas, económicas y sociales".
Por otro lado, Rouco Varela volvió a dar muestras del remanso de paz en el que pretende convertir las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno, al menos hasta la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Por ello, la Conferencia Episcopal no ha emitido nota alguna pidiendo el voto en las pasadas elecciones, y sorprendentemente tampoco ha dicho nada en contra del anteproyecto de Ley de Muerte Digna presentado hace dos semanas en el Consejo de Ministros. Es más, el propio Rouco aseguró ayer que "no es una ley de eutanasia", dejando perplejos a los populares Jorge Fernández Díaz y Federico Trillo, y satisfecho al ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, presentes todos en la charla.
"Yo no he leído el texto del anteproyecto de ley. Lo han leído algunos colaboradores, y el juicio primero es que no es una ley de eutanasia. No tengo opinión sobre los detalles", apuntó el cardenal de Madrid en el coloquio posterior. Y es que la Iglesia española ha enterrado, por el momento, el hacha de guerra, y el objetivo de Rouco es que no haya el más mínimo choque hasta pasado el verano.
La visita de Benedicto XVI y la "excelente colaboración" que para la misma está prestando el Gobierno inversión, cesión de edificios, seguridad, exenciones fiscales y expropiaciones de terrenos cercanos al aeródromo de Cuatro Vientos incluidas hacen olvidar a ambos las tensiones vividas en los últimos siete años, especialmente durante la primera legislatura, cuando la Conferencia Episcopal se convirtió en la principal oposición a José Luis Rodríguez Zapatero.
Ayer, en cambio, no hubo referencia alguna al "laicismo agresivo" o la "ingeniería social" del Gobierno socialista. Es más: el cardenal reconoció que "sin su colaboración, la Jornada no sería posible". En su discurso, Rouco Varela destacó la importancia de la JMJ para la Iglesia y la sociedad españolas, y en especial para unos jóvenes "que no sólo exhiben su gozo en el botellón, también en momentos de fe".
No obstante, el cardenal Rouco Varela reconoció que la organización ha rebajado las previsiones, pasando de una asistencia prevista de dos millones a algo más de un millón. Hasta la fecha, se han inscrito 400.000 jóvenes para la JMJ.


 

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